Te acercas al borde del pozo con curiosidad, asomándote con cautela. El pozo es inmenso y oscuro, tan profundo que no alcanzas a ver el fondo, aunque te esfuerzas. Tiras una pequeña piedra, esperando el sonido de ésta al golpear el fondo, pero no llega. El silencio es abrumador. Frunces el ceño y vuelves a intentarlo, pero el resultado es el mismo: un vacío insondable que parece no tener fin.
Te quedas mirando el abismo negro durante demasiado tiempo. Entonces, tus sentidos captan algo.
Un suave murmullo se eleva desde las profundidades. Al principio, piensas que es tu imaginación, pero los sonidos persisten. Parecen voces, como si alguien, o algo, estuviera allí abajo, susurrando cosas que no logras comprender. Te estremeces, sientes un leve mareo. El murmullo se vuelve más intenso, más cercano, y justo cuando estás a punto de gritar por el terror, te alejas bruscamente. Tus manos tiemblan. No sabes qué acaba de suceder, pero lo que sea que esté en ese pozo, no es natural. Después de eso, te alejas, la sensación de inquietud clavada en ti. Este pozo conecta con algo mucho más oscuro de lo que aparenta.
A medida que el silencio perdura, de repente oyes un sonido leve, como agua corriendo. Te concentras, intentando ubicar de dónde proviene. Es extraño, porque sabes que no puede haber agua tan cerca de la superficie, pero el sonido sigue ahí, constante, como si hubiera una corriente oculta, fluyendo en lo más profundo. Tu corazón se acelera. Sientes que el pozo conecta con algo… antiguo, misterioso. El sonido parece arrastrar tu mente con él, confundiéndote. Te apartas, perturbado. Después de eso, te alejas, la sensación de inquietud clavada en ti. Este pozo conecta con algo mucho más oscuro de lo que aparenta.